jueves, febrero 07, 2008
Ya no añoro el aroma de tu cabello
sobre mi almohada.
Ya no ansío que de pronto entre por debajo de mi puerta,
el aroma a madera y hombre que desprende tu cuello.
Mi cabeza ya no se cansa de pensar si vendrás esta noche.
Mi vientre ya no llora frialdad y angustia.
Por que mi cuerpo a recobrado la humedad
con tus caricias de cada mañana.
24/1/2008
7:20